Reportaje publicado en la revista Capçalera de julio de 2012 (traducción del catalán)
"Deja de
lloriquear y de decir que todo va mal. Si estás de bien ánimo, encontrarás
oportunidades. Tanto el optimista como el pesimista tienen razón, porque ambos
reflejan una parte de la realidad, pero al optimista le van mejor las cosas. Si
todo lo ves mal, la autoprofecía se acabará cumpliendo. Miremos atrás: las
cosas nunca han sido fáciles. Siempre digo a los periodistas que no dejen los
estudios y que se formen, que miren lo que es relevante, que vean cómo
funcionan las redes sociales, que experimenten con Twitter y Facebook, que
aprendan de los blogs y lo que hacen otras empresas. Nuestra profesión es la
más atractiva, apasionante y desafiante del mundo, porque influye en el
comportamiento de las personas y contribuye a cambiar mentalidades. Pero hoy
sólo admite a los periodistas con afán de superación".
Alfonso
Sánchez-Tabernero, director del máster en Gestión de Empresas de Comunicación
de la Universidad
de Navarra, evita caer en el desánimo. A pesar de ser consciente de la sangría
de periodistas que han dejado los sucesivos ERE que han afectado a los
principales medios, cree que hay razones para mirar al futuro con esperanza.
"Hay futuro porque hay presente", coincide Josep Lluís Micó, director
del grado de Periodismo de la
Facultad de Comunicación Blanquerna.
Se crean
puestos de trabajo porque los ciudadanos tienen más necesidad que nunca de
estar informados, indica Sánchez-Tabernero. "Aunque vivimos una crisis
larga y profunda y que la ocupación tradicional disminuye, si pensamos en la
sociedad vemos que hay más consumo de información que nunca. Cuando los países
crecen, la gente no destina el dinero a comprar más pan o más pares de zapatos:
sería absurdo. Se los gasta en ocio y conocimiento".
Sí, el mercado
absorbe a nuevos periodistas y abserberá todavía más dentro de diez años,
asegura Sánchez-Tabernero, "pero sólo encontrarán trabajo en el nuevo
escenario los profesionales con capacidad innovadora". ¿Qué sentido tiene,
se pregunta en tono provocativo, que las facultades sigan formando a los
alumnos como si todos estuvieran destinados a convertirse en redactores de un
diario o que se sigan impartiendo asignaturas como diseño de páginas de
periódico?
"El
mercado necesita profesionales que sean muy flexibles, capaces de aprender,
globales, que entiendan las nuevas tecnologías, que puedan aportar cosas nuevas
para conseguir grandes audiencias o reducir costes, gente más preparada y más
activa. El periodista debe ser un profesional híbrido, que sepa manejar medios
audiovisuales y que sepa, esto sigue siendo fundamental, contar historias
atractivas. Quien no dé este paso, quien sólo sepa seguir haciendo lids y
titulares, está equivocado ", sentencia el profesor de la Universidad de
Navarra.
Para Josep
Lluís Micó, "hay muchos futuros complementarios, pequeñas parcelas que
indudablemente no absorberán a muchos informadores pero que dan un complemento
y sirven de esperanza".
Pero, ¿de qué
puestos de trabajo hablan Micó y Sánchez-Tabernero? Unas llamadas a tres de los
principales medios de comunicación catalanes confirman la impresión
generalizada que domina en el sector: en el último año, apenas han contratado a
nuevos periodistas. Por el contrario, han tendido a recortar. Según la Federación de
Asociaciones de la Prensa
de España (FAPE), los últimos tres años han perdido su empleo 5.270
profesionales de la comunicación.
Así pues, ¿quién
está contratando actualmente a periodistas y para hacer qué? Se hace difícil,
por no decir imposible, poner nombres. Como mucho, apellidos. Y los apellidos
más en boga ahora mismo son Digital, Red y Portabilidad.
Para entender
el grado de confusión que hay alrededor de los nuevos empleos para periodistas,
Josep Lluís Micó explica que en Blanquerna han llegado a recibir ofertas de
trabajo exactos pero que denominaban las tareas a realizar de formas distintas.
"Gestor de contenidos digitales sería el gran paraguas que cobija
ocupaciones muy diferentes y que aún no tienen ni nombre. Pero lo importante es
que existen ".
El director
del grado de Periodismo de la
Facultad de Comunicación Blanquerna incluye bajo este
paraguas a los profesionales que dentro de un periódico, una emisora de radio
o un canal de televisión se encargan de gestionar el área de participación.
"Los medios son conscientes de que tienen un público cada vez más
competente tecnológicamente y que les envía material y comenta las noticias.
Esto obliga a poner orden en la información, a sistematizar y a filtrar. Si
hasta ahora teníamos los periodistas de calle y los de mesa, ahora también
tenemos los de participación".
Detrás de
estos profesionales más visibles, hay empresas y organizaciones de todo tipo
que, con su presencia en las redes sociales, blogs y portales propios, se
acaban convirtiendo, ellas también, en medios que difunden contenidos propios o
convenientes a sus intereses. "Gestionar contenidos es más complejo que
llevar el Twitter y el Facebook de una empresa. Las organizaciones humanas
tienen cada vez más la necesidad de comunicar mejor, y eso crea puestos de
trabajo ", afirma Micó. En estos casos, los periodistas a menudo se
integran en equipos pluridisciplinares y trabajan junto a publicistas, técnicos
en marketing, abogados o economistas.
Otra
posibilidad es la emprendeduría. Como no encontramos quien nos dé trabajo y
tenemos ideas, montamos nuestra empresa o nos convertimos en autónomos.
"Tengo muchas esperanzas depositadas, pero tampoco nos pasamos de
eufóricos -confía Micó-: el autoempleo en general sólo sirve para empezar a
trabajar".
Los
periodistas sevillanos convocaron el pasado 21 de abril el encuentro Se buscan periodistas. La idea fuerza de
la reunión era si no nos ofrecen trabajo, nosotros la crearemos. Los
profesionales presentes en esa cita apostaron por poner en marcha diversos
medios de forma autogestionaria, y terminaron hablando de aspectos poco
habituales entre los periodistas: crear una cooperativa, elaborar un plan de
empresa y diseñar un modelo de negocio o un sistema de financiación basado en
las microsuscripciones. Para Silvia Cobo, periodista especializada en Internet
y Social Media, nos encontramos ante un modelo que podría extenderse en un
futuro inmediato.
Alfonso
Sánchez-Tabernero pone algunos ejemplos de nuevas ocupaciones periodísticas que
ha conocido en los últimos años: periodistas que hacen de Community Manager o
montan webs, los que dan servicios a empresas, los que hacen publicaciones que
luego distribuyen en estadios de fútbol, farmacias o grandes superficies...
"Las
nuevas tareas suelen aparecer fuera de los grandes medios, que ahora mismo
están más preocupados en coger las tijeras que en pensar en el futuro. Estas
compañías dependen de sociedades que cotizan en Bolsa y, como los movimientos a
largo plazo no repercuten en la cotización de sus acciones, se limitan a mira
en corto".
Sánchez-Tabernero,
que fue vicerrector de la
Universidad de Navarra, cree que mañana mismo encontrarían
fácil colocación en el mercado los profesionales capaces de hacer buenos
productos de no ficción para la televisión que cuesten diez veces menos que los
que emiten las cadenas generalistas, aplicaciones para móviles, instrumentos de
marketing para empresas, productos informativos multisoporte o de escribir
reportajes sobre temas tan específicos como la industria farmacéutica o los
hidrocarburos.
Ahora bien,
hay que ser realista. Y para Josep Lluís Micó el realismo pasa por aceptar que
los puestos de trabajo que se crean en el campo digital no responden, ni por
calidad ni en cantidad, a las expectativas que los grandes gurús habían
profetizado. Son trabajos más precarios en un sector ya de por sí precario.
"El contexto actual sigue siendo de muchas bajas y pocas altas. Las nuevas
tareas son más residuales que antes y permiten mantenerse a flote y que
periodistas en paro o recién licenciados puedan tener un trabajito. No son
jornadas completas o responden a necesidades de temporada, por lo que obliga a
combinarlas con otros empleos".
De esta
manera, renace la figura del periodista pluriempleado. A falta de jornadas
completas, el profesional se ve forzado a buscar pequeñas colaboraciones en
diferentes medios y/o a pasar a lo que Sánchez-Tabernero llamaba "el otro
lado". Todo, para poder sumar un sueldo a fin de mes. En caso de que se
generalizara esta práctica, muy habitual durante el franquismo, sería un mal
síntoma, se lamenta Micó.
Ante el
periodista "que tiene que hacer diez trabajos para llegar a fin de
mes", Josep Lluís Micó cree que se consolida el periodista estrella a
quien todo el mundo reclama porque él mismo es una marca. "Ambos tienen en
común el pluriempleo pero el contraste resultante es cruel".
La otra figura
emergente es la del periodista polivalente. Micó y Pere Masip lo retrataban en
2010 en Prospectiva del mercado laboral
para futuros graduados en periodismo, un estudio patrocinado por el
Laboratorio de Comunicación Digital de Blanquerna. Se trata de profesionales
flexibles, capaces de adaptarse y que demuestran su polivalencia bien sea en el
campo tecnológico, mediático o el temático.
En un momento
de cambio como el actual y como mínimo durante unos años, "su éxito está
garantizado", vaticinan Micó y Masip. El advenimiento de este profesional
capaz de integrarse rápido en equipos humanos complejos y, en algunos casos, de
escribir en diferentes secciones ha sido recibido como un maná divino por muchas
empresas. Allí donde antes se necesitaban dos o tres personas para realizar
tareas concretas, ahora en ocasiones basta con una sola. Por esta razón es uno
de los perfiles más buscados para redacciones pequeñas.
El periodista
polivalente, conocido en otros tiempos como chico
para todo o todo terreno, no
supone en modo alguno la desaparición de los especialistas, advierten Micó y
Masip en su estudio. Mientras el primero ofrece "agilidad, nervio y
ahorro: supervivencia", el que domina algunos temas a fondo es garantía de
"calidad, rigor y profundidad: trabajo bien hecho".
Sondeando los
nuevos nichos laborales para periodistas nos encontramos también profesionales
que han encontrado trabajo como auditores de la información o en el mundo de la
documentación. Y y yendo un poco más allá, llegamos al portal LinkedIn.
Colgamos un mensaje en el grupo Formación para Periodistas y en unos días
varios profesionales nos dan su punto de vista. Para Roberto Vargas, la
solución para los periodistas que busquen trabajo pasa por crear nuevos medios
en la red. ¿Cuáles? Vargas habla de una página web para transmitir en directo
las sesiones del Congreso de Diputados. ¿Quién la podría comprar?, Se pregunta.
"Si se está debatiendo una ley para los ganaderos, el periodista hace su
página y vende sus servicios a los propios ganaderos que quieran estar
informados minuto a minuto del trámite de la ley que más les interesa".
Concha
Belanzategui menciona que ha recibido ofertas para hacer de click-worker (escribir o traducir textos
breves para y a través de internet) o de bloguero "a 40 céntimos la
pieza", al tiempo que explica el intento de los trabajadores de una
televisión local clausurada que, después de hacerse autónomos y de llegar a un
acuerdo con el propietario, han montado una sociedad para explotar la licencia
y los equipos.
Cada uno cuenta
su caso. Silvia Tinoco intenta montar un servicio de prensa para músicos y
María Villarreal empezará a trabajar en una agencia que se dedica al
seguimiento de medios. "Creo que puede ser una salida interesante cuando
el llamado clipping está a la orden
del día". Ante la avalancha de periodistas que tratan de hacerse Community
Managers, Lidia López confiesa que, aunque el e-marketing no tiene nada que ver
con el periodismo, "como mínimo nos mantiene en el mundo de la comunicación"
.
"Hoy hay
muchas posibilidades de experimentar", evidencia Alfonso
Sánchez-Tabernero. El problema, o uno de los problemas, para los periodistas es
que no hemos sabido aprovechar los nuevos terrenos de juego que se han abierto
con la eclosión de la sociedad digital, añade Josep Lluís Micó. "Los
sectores del ocio y la publicidad han sido mucho más activos que el
periodístico. En el último Mobile World Congress era impresionante ver la
cantidad de divisiones y subdivisiones por tipo de empleo que había. Pues, ¿quieres
creer que no se hacía ninguna mención al periodismo? Tenemos un camino
larguísimo por recorrer ".
El caso de las
tablets es paradigmático del desconcierto que vive el sector. "Un día se
nos aparece el señor Steve Jobs, que en el cielo esté, se saca el Ipad y nos
dice '¡mirad qué cosa tan bonita!'. Todos decimos 'qué bonito', y enseguida nos
preguntamos qué podemos hacer para sacarle rendimiento. ¿Qué hacemos con este soporte
en Cataluña? ¿Qué hacemos las universidades para formar a gente capaz de pensar
más allá de los soportes tradicionales? Vamos haciendo adaptaciones, pero muy
lentamente ".
"Hemos
entrado en una época del cambio continuo-sentencia Sánchez-Tabernero-. Sólo es
posible la salvación con una nueva mentalidad".
Los gabinetes no notan la crisis
A tenor de lo
que dicen Josep Lluís Micó y Alfonso Sánchez-Tabernero, los que no parecen
notar mucho los embates de la doble crisis (la coyuntural y la estructural) que
padece el sector son los gabinetes de prensa. Para el director del grado de
Periodismo de la Facultad
de Comunicación Blanquerna, la comunicación es un ámbito que ninguna
organización pública o privada quiere menospreciar y cada vez hay más
conciencia de que el trabajo debe confiarse a profesionales, bien sea creando
un gabinete propio o contratando un servicio externo.
Según el
director del máster en Gestión de Empresas de Comunicación de la Universidad de
Navarra, los gabinetes han ganado protagonismo en la medida que se han
adelgazado las redacciones y que se impone la inmediatez: falta tiempo para
contrastar los comunicados que envían empresas e instituciones, así que,
deprisa-deprisa, la información que llega sirve para resolver sin angustias una
página de periódico o medio minuto de emisión. "Los gabinetes se han
aprovechado de los recortes en las redacciones. Al otro lado no hay crisis
", remata Sánchez-Tabernero.